
La decisión de separarse puede ser una de las más difíciles, más aún teniendo hijos. Hay una tendencia a ponerlos a ellos en primer lugar al momento de evaluar escenarios, incluso si eso atenta contra tu felicidad y bienestar.
¿Para ello, resulta importante considerar qué se está evaluando? ¿Qué es lo que realmente está afectando? ¿El por qué de la decisión?
En algunas oportunidades la decisión se toma en base a emociones únicamente, y es la razón por la que las parejas continúan juntos pero a su vez es la misma razón por la que se separan. Desde mi punto de vista y en la experiencia que tengo con los padres de familia quienes confían en mi sus procesos, siempre invito a reposar las emociones y mi oído se pone a su disposición para realmente poder encontrar los puntos que nos separan y cuáles otros nos unen.
Cuando la idea tan sólo empieza a rondar tu cabeza, es sugerible que puedas buscar ayuda de un especialista, las amistades, las familias, pueden quererte mucho , y de seguro querrán lo mejor para ti, pero lamentablemente no son objetivas al momento de dar opiniones. Al final tu necesidad de poder hablar con alguien sin sentirte juzgada, evaluada y sin sentir temor a que puedes ser vista con ojos de bien o mal, debe ser prioridad.
Me atrevo a tocar este tema, no sólo por las parejas quienes atiendo a diario vía presencial en el consultorio y vía online desde cualquier parte del mundo, sino además como experiencia propia. Siempre he pesado que al tener mayor experiencias de vida, eso suma para poder ayudar más a la comunidad que tienes alrededor. Con esto no quiero decir si es mejor o pero, pero sin duda la mirada de alguien divorciado generará mayor empatía sobre alguien quien no lo ha vivido, alguien quien ha criado como madre sola conviviendo con sus hijos, podrá entender con más facilidad a una madre quien atraviesa esa misma situación, una madre ejecutiva quien trabaja y cria a la vez también será mejor entendida. Es justo mi estilo de vida el que pretendo compartir contigo, ese día a día que agobia, pero que a su vez fortalece.
El cuidado emocional de la madre, es vital para atender cualquier otro espacio. Las madres a veces creemos que por cuidar a nuestros hijos y ponerlos a ellos de primero en todo, estamos siendo mejores madres, ¿y saben qué? No, primero debes atenderte tu primero.
Siempre le comento a los padres de familia, y aquí incluyo a mamá y papá: Esto es como un avión cuando está en emergencia y salen las máscaras de oxígeno : “Primero se atiende el adulto, para poder luego atender al menor”. La vida de madres es exactamente igual, Primero eres tu quien debe cuidarse, atenderse, y luego atender a nuestros hijos, de esta manera lo harás mejor, te sentirás mejor, tus cinco sentidos sestarán para ellos. Es la razón por la que en los primeros artículos hable sobre el Autocuidado. Cuidarte a ti, es amarte, y amarte, es amar a tus hijos.
Para ello mi invitación como coach que acompaña procesos familiares y de pareja es:
Preparar el momento y la conversación. Si bien es cierto que no es algo planificado, te dará un norte de qué decir y cómo decirlo, sin herir ni señalar ni culpar a otros.
Evaluar el espacio del otro y su disposición para hablar, es una manera de tener presente el «respeto». En muchos casos verás que tú pareja, cuando sabe que el momento se acerca, será evasivo, nunca querrá hablar, le dará largas, pues está en ti lograr el espacio para hacerlo posible.
Una vez que encuentras el espacio, habla de ti, no de tu pareja, habla de tus sentimientos, hazte cargo de lo que te pasa y la decisión que estás tomando, aún conociendo las consecuencias. En este momento al ver a tu pareja, muy probablemente la duda te asalte, el miedo te arrope, ¡los recuerdos te invadan…cuidado!
Ahora plantea los puntos asociados al bienestar de los niños y el ambiente en el que sanamente deben crecer y desarrollarse. De esta manera ambos se darán cuenta que el ambiente no es el óptimo para ellos.
Permitir al otro que exprese su opinión y sentir, es completamente válido, no caigas en ser un chorro de agua que no para de hablar. Detente y pregúntale: ¿Qué opinas sobre esto? Cómo lo harías tú? ¿Estás de acuerdo? ¿Hay algo que veas diferente a lo que te expongo?
Finalmente viene el paso que les digo que es vital: Hablar con los niños. En este momento de seguro te arrepentirás de la decisión, querrás darle una nueva oportunidad a tu relación y mil aspectos más… tragaras grueso y sentirás que es el peor día de tu vida. Las decisiones, implican un cambio de vida emocional y estructural.
Debes estar muy segur@, por ello siempre invito a asistir a terapia y consultas para evaluar tus escenarios
En la próxima edición de la Revista Super Mamá estaré conversando cómo dar el paso con los niños? No te lo pierdas……
Cuéntame tu experiencia vía email para leerte, estoy aquí para ti.
Los abrazo
María Carolina Pazmiño